Nó sé qué Escribir
Por: Lic. Wilfredo Silva
Frente a la “libertad” de poder hacer el intento de escribir “algo”, que tan gratamente motivara uno de los respetados catedráticos de la Maestría en curso –el profesor Dr. Aníbal Meza- propusiera, me transporta a una desventura; pues, no hizo más que otra cosa que mi memoria haga las conexiones respectivas y “aparezca” en mi mente un maravilloso artículo, donde me enrostró muchos años, pero muchos años atrás y que hoy refresca por enésima vez mi crisis de ideas; más quizá, que la crisis de maestros o de la crisis universitaria, que fuera descrito notablemente por José Carlos Mariátegui.
La experiencia de tan escasas semanas en el ámbito universitario -a “nivel” de post-grado- permite una auto-observación, y no puedo desconocer que dicha actividad motiva el desarrollo personal tanto en lo académico, profesional e intelectual. Sin embargo, a medida que trato temas en diversos cursos, me sigue enrostrando dicha inquietud. Y cuando escucho y observo las protestas de docentes repelidos a plena calle, me conlleva a reflexionar sobre en qué medida sigo dando un afronte real y honesto a lo que vive nuestra educación: mi educación. Pues, aún siento que sigo dividiendo y parcelando al hombre –que siendo también objeto de estudio de la ciencia psicológica-, no hago más que desconocer su situación que por años hemos adquirido: la socialización; y más aún, el de haber adquirido ese “juego” implícito que es el transformar y ser transformado y volver a transformar nuestro entorno tanto externo como interno.
Y si adicionamos la tecnología que avanza tan velozmente -que incluso hoy se pretende hacer ensayos que sustituirá o que ya sustituye al hombre-, no sé a donde irá todo este adelanto; pero estoy convencido que mientras que, tanto la ciencia o tecnología no esté a manos del hombre; o en otras palabras, éste último se ubique por debajo de los desarrollos, mantendremos la condición en que estamos; o sea, en la ignorancia, mediocridad o alienación; pues, esto es nada más y nada menos que el reflejo de la inequidad social. Y mientras no se impregne dicho factor en nuestra mente -digo conciencia-, el problema subsistirá. Y hasta que la “marea” de la globalización no llegue a nuestro cogote, no percibiremos la desesperación que vivieran y viven poblaciones en crisis. Y no por mencionar, poblaciones de la India, África; sino que además, de nuestros “conos”: que en aumento -de los llamados “Asentamientos Humanos”- hacen un “levantar de manos” para hacernos un llamado a gritos que se debe hacer “algo.”
Lastimosamente, carente de ideas, carente de una motivación, carente de modelos, tendré que acompañar como réplica en postura a la obra magistral, el “Dante Pensando” de Rodin; y no sólo desnudo en cuerpo, sino también en mente.
Lima, 15 de Agosto, 2007
Por: Lic. Wilfredo Silva
Frente a la “libertad” de poder hacer el intento de escribir “algo”, que tan gratamente motivara uno de los respetados catedráticos de la Maestría en curso –el profesor Dr. Aníbal Meza- propusiera, me transporta a una desventura; pues, no hizo más que otra cosa que mi memoria haga las conexiones respectivas y “aparezca” en mi mente un maravilloso artículo, donde me enrostró muchos años, pero muchos años atrás y que hoy refresca por enésima vez mi crisis de ideas; más quizá, que la crisis de maestros o de la crisis universitaria, que fuera descrito notablemente por José Carlos Mariátegui.
La experiencia de tan escasas semanas en el ámbito universitario -a “nivel” de post-grado- permite una auto-observación, y no puedo desconocer que dicha actividad motiva el desarrollo personal tanto en lo académico, profesional e intelectual. Sin embargo, a medida que trato temas en diversos cursos, me sigue enrostrando dicha inquietud. Y cuando escucho y observo las protestas de docentes repelidos a plena calle, me conlleva a reflexionar sobre en qué medida sigo dando un afronte real y honesto a lo que vive nuestra educación: mi educación. Pues, aún siento que sigo dividiendo y parcelando al hombre –que siendo también objeto de estudio de la ciencia psicológica-, no hago más que desconocer su situación que por años hemos adquirido: la socialización; y más aún, el de haber adquirido ese “juego” implícito que es el transformar y ser transformado y volver a transformar nuestro entorno tanto externo como interno.
Y si adicionamos la tecnología que avanza tan velozmente -que incluso hoy se pretende hacer ensayos que sustituirá o que ya sustituye al hombre-, no sé a donde irá todo este adelanto; pero estoy convencido que mientras que, tanto la ciencia o tecnología no esté a manos del hombre; o en otras palabras, éste último se ubique por debajo de los desarrollos, mantendremos la condición en que estamos; o sea, en la ignorancia, mediocridad o alienación; pues, esto es nada más y nada menos que el reflejo de la inequidad social. Y mientras no se impregne dicho factor en nuestra mente -digo conciencia-, el problema subsistirá. Y hasta que la “marea” de la globalización no llegue a nuestro cogote, no percibiremos la desesperación que vivieran y viven poblaciones en crisis. Y no por mencionar, poblaciones de la India, África; sino que además, de nuestros “conos”: que en aumento -de los llamados “Asentamientos Humanos”- hacen un “levantar de manos” para hacernos un llamado a gritos que se debe hacer “algo.”
Lastimosamente, carente de ideas, carente de una motivación, carente de modelos, tendré que acompañar como réplica en postura a la obra magistral, el “Dante Pensando” de Rodin; y no sólo desnudo en cuerpo, sino también en mente.
Lima, 15 de Agosto, 2007
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